Congestión nasal, tos, estornudos, comezón... son sólo algunos de los síntomas más comunes de una reacción alérgica, muchas veces confundida con un "resfrío" que nunca termina de curarse. Tanto es así que muchas veces no es diagnosticada como tal y la persona convive con ella por años sin recibir el tratamiento adecuado.
Las principales afecciones
- Rinistis alérgica: que afecta sobre todo a las fosas nasales y la garganta
- Conjuntivitis alérgica: que produce irritación en los ojos
- Asma alérgica: que ataca a los bronquios y dificulta la respiración
Las causas:
- Algunos tipos de polen
- Esporas de hongos
- Ácaros del polvo
- Pequeñas partículas de piel desprendida de las mascotas
- También pueden serlo el humo de cigarrillo, la ingesta de medicamentos, los olores fuertes
Cómo evitar cuadros alérgicos
- Sacudir y ventilar la ropa de cama diariamente, ventilar los ambientes, quitar las alfombras, muebles tapizados y objetos que acumulen polvo.
- Evitar la humedad excesiva y el humo de cigarrillo dentro de la casa.
- Evitar las salidas al aire libre entre las cinco y las diez de la mañana (horario de mayor producción de polen), así como los días secos y ventosos. Mejor estarse en casa o en lugares cerrados.
- No secar la ropa al sol y cambiarse varias veces al día para mantener alejados los alergenos que se adhieren a la ropa. También es recomendable una ducha refrescante y un lavado de cabello todas las noches para eliminar todo rastro de polen del cuerpo y descansar mejor.
- Al limpiar la casa usar aspiradora en vez de escobas o plumeros. Limpiar los pisos con agua. Mantener limpias las cortinas y aberturas.
Es importante tener en cuenta que si las alergias no se tratan correctamente pueden acarrear otras consecuencias tales como sinusitis, faringtis, otitis y varias otras alteraciones respiratorias.
Siempre se debe consultar al médico especialista para un diagnóstico y posterior tratamiento para no ver nuestra calidad de vida afectada con el tiempo.
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